La comprensión lectora es el proceso intelectual que está presente en todas las actividades educativas de nuestro país, pues sabemos que es la fuente de los conocimientos y, por su naturaleza, el medio a través del cual depende el éxito escolar y el aceptado bagaje cultural de los ciudadanos.
Lamentablemente, fue descuidada por la desidia, no sólo de los maestros, directivos y padres de familia, sino de la sociedad en general, pues nuestros estudiantes carecen de hábitos lectores – no sería descabellado mencionar que rechazan, incluso, la actividad lectora – y su práctica solamente se limita a la simple memorización de hechos o ideas y el análisis estructural que no permite el razonamiento, pues leen solamente porque están sujetos a una evaluación, de ahí que nuestro país esté ubicado entre los últimos en los que se refiere a comprensión lectora. Es decir, no existen hábitos de lectura y, por ende, el nivel de comprensión lectora en los estudiantes en general del Perú es deficiente y solamente se limita a la captación literal de los temas. La lectura abarca otros procesos intelectuales más, como son el análisis, la inferencia, la interpretación y la valoración de lo comprendido.
Entre los muchos aspectos que ocasiona este problema educativo están la ausencia de motivación de los docentes (cómo enseñar a leer, si los maestros peruanos mismos no tienen hábitos lectores) y, también, la inadecuada metodología que aplican los profesores, el desinterés de los actores de la I.E., la influencia negativa de los distintos medios de comunicación masiva, problemas de aprendizaje de los alumnos y el mismo sistema que no coadyuva a desarrollar esta actividad.
Paralelamente vemos cómo en la Educación Básica regular (Educación Secundaria de Menores) está presente el individualismo académico de los docentes, en el que cada maestro simplemente se limita al desarrollo de los temas de su área, encasillado en su especialidad, sin que le importe el desarrollo de las capacidades de otras áreas, sin articularlas, limitando de esta manera la formación integral al que deben estar comprometidos todos los profesores.
Si nos centramos en la capacidad de la comprensión lectora, no existe una integración de áreas en lo que respecta al desarrollo de esta aptitud intelectual; es decir, no hay un trabajo interdisciplinar, debido al individualismo, al desinterés profesional, la falta de gestión y carencia de apoyo de los padres o a la influencia indirecta del sistema.
Reitero la importancia de interrelacionar todas las áreas docentes en lo que a comprensión lectora se refiere. Corremos peligro al pensar que determinadas capacidades y conocimientos sólo le competen a los profesores de dicha especialidad. Lamentablemente el modelo neoliberal aplicado en nuestro país en los últimos años nos deja un cariz de individualismo, bajo el manto engañoso de la competitividad, que no es más que una lucha de todos contra todos.
Para todos en conocida la necesidad de establecer relaciones entre las distintas ciencias cuando se van a analizar hechos de la vida diaria y también de la ciencia y de la tecnología.
Nos parece acertada las palabras del profesor Raúl Chávez Silva cuando menciona que el hábito de leer es compromiso de todos, una necesidad que compromete, no sólo a los docentes, sino que implica el trabajo coordinado de la sociedad, padres de familia, todo ello planificado en la gestión institucional
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